Algo sobre el amor
Por Helmuth Harold Medina Bolaño
Todos los años al acercarse las
fechas navideñas escuchamos por todas partes hablar más frecuentemente sobre el amor, los
medios de comunicación nos presentan bellas escenas que hacen alarde de que
ésta es una época de amor y, paz, en las calles las decoraciones y la música
incitan a bellos a comentarios, los regalos buscan ser una muestra del amor que
profesamos a nuestros allegados; pero si nos cuestionamos o preguntan sobre qué
es el amor y queremos hablar sobre él las cosas se tornan un poco más
complejas.
Por eso me gustaría que
analizáramos hoy, lo que comúnmente se conoce como amor y lo que es
verdaderamente el Amor, sin llegar a caer en la pretensión de pensar que
podemos abordar en estos pocos renglones todo sobre este tema.
Lo primer que tenemos que hacer
para estudiarlo es comenzar a percatarnos que cuando utilizamos la palabra
amor, ésta tiene una significación completamente diferente para cada persona
que la emplea, no significa lo mismo para quien la dice como para quien la
escucha, algo que parece tan elemental no lo es tanto.
Dependiendo de la crianza
recibida, las características de personalidad, las experiencias tanto
favorables como negativas la persona va formando una manera muy particular de
concebir el amor, o sea que a pesar que muchas personas utilicen el mismo
significante (amor) tendrá para cada una
de ellas un significado completamente distinto. Veamos, Daniela le pregunta a
Rafa – tú me amas tanto como te amo yo, él le responde – claro mi amor yo te
amo mucho.
Ambos supuestamente están hablando
de un mismo amor pero para Rafa el amor al que hace referencia es un amor
sexual, erótico, lujurioso, mientras que Daniela es más la búsqueda de sentirse
protegida, no sentirse sola, suplir sus inseguridades, así pues podríamos
encontrar una infinitud de supuestas formas de amor, amor de amigos. Amor
fraternal, de padres a hijos y viceversa, amor sexual, amor dependiente, amor
enfermizo, amor masoquista, etc. Podemos ver entonces que por este camino sería
muy difícil llegar a clarificar lo que es el verdadero Amor, porque todo aquel
que experimente una sensación más o menos de agrado por otra persona podría
decir que es un ser que siente un inmenso amor y no habría manera de
discutírselo.
¡Conozco a padres que no suplen
las necesidades básicas de sus hijos, que los maltratan física y
psicológicamente, que pudiendo colaborar en el desarrollo emocional e
intelectual de ellos, hacen todo lo contrario, viven oponiéndose al desarrollo
de estos, y si aun así les preguntas si ellos aman a sus hijos te contestan sí,
Claro que los amamos! Y hasta se enojan
y te dicen - ¡qué es semejante a la
pregunta!
Lo que se conoce la mayor parte
de las veces como amor no son más que formas inmaduras de relacionarse que el
hombre en su ignorancia equivocadamente denomina Amor puro.
¿Qué es entonces el amor? El amor es todo lo opuesto al odio,
si el odio el anhelo intenso de hacer daño a alguien, se deduce por lo tanto que
el amor es el anhelo de hacer el bien al otro.
El amor es entonces un constante
dar sin esperar recibir; es un dar que
no se agota al brindar objetos materiales sino que trasciende al dominio de lo
humano, de lo sublime. Ahora para lograr darnos cuenta si el Amor está presente
en nosotros o en nuestros familiares, amigos, o parejas tenemos que tener
presente que deben existir ciertos elementos básicos que son comunes a todas
las formas de amor sin los cuales no podemos decir que amamos o que nos aman,
según Erich From estudioso de este tema algunos de estos elementos son:
1.- El cuidado y la preocupación. Es especialmente evidente en el amor de una madre
por su hijo. Ninguna declaración de amor por su parte nos parecería sincera si
viéramos que descuida al niño, si deja de alimentarlo, de bañarlo, de proporcionarle
bienestar físico y emocional. Ocurre lo mismo en otros tipos de amor, si
alguien nos dice que ama las flores y se olvida de regarlas, sería muy difícil
creerle.
2.- Responsabilidad. La responsabilidad no es algo impuesto desde el
exterior, es en realidad un acto enteramente voluntario constituye mi respuesta
a las necesidades, expresadas o no por otro ser humano. Ser responsable
significa estar listo y dispuesto a responder. La vida de mi hijo no es sólo
asunto de él, sino mío propio.
3.- Respeto. La responsabilidad podría degenerar fácilmente en
dominación y posesividad si no existe el respeto, el respeto no significa temor
y sumisa reverencia que es lo que muchos equivocadamente creen; denota, la
capacidad de ver a una persona tal cual es, significa preocuparse porque la
otra persona crezca y se desarrolle a partir de su potencial. Es querer que la
persona amada se desarrolle en la forma que le es propia y no para servirme. El
respeto sólo es posible si yo he alcanzado la independencia y puedo caminar sin
muletas.
4.- Conocimiento. No podríamos amar o respetar a una persona sin
conocerla. Conocer profundamente a alguien solo es posible cuando he podido
trascender la preocupación por mí mismo
para así lograr ver a la otra persona en sus propios términos, o sea debo haber
trascendido mi ego – centrismo para poder centrarme en el otro, solo así podré
saber que siente una persona, aunque no lo demuestre abiertamente.
Amar es dar de lo más precioso
que tenemos en nuestra propia vida es dar de uno mismo, lo que no significa
necesariamente sacrificar su vida por otro, sino dar lo que está vivo en
nosotros- dar de nuestra alegría, de nuestra comprensión de nuestro conocimiento, de nuestro humor
pero también de nuestra tristeza-, el Amor es una fragancia perenne, es una
combinación de gratitud, amistad y compasión incondicional.
¡El amor es el néctar sagrado¡
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