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martes, 31 de marzo de 2020

Algo sobre el amor - Por Helmuth Harold Medina Bolaño




Algo sobre el amor
Por Helmuth Harold Medina Bolaño


Todos los años al acercarse las fechas navideñas escuchamos por todas partes hablar más frecuentemente sobre el amor, los medios de comunicación nos presentan bellas escenas que hacen alarde de que ésta es una época de amor y, paz, en las calles las decoraciones y la música incitan a bellos a comentarios, los regalos buscan ser una muestra del amor que profesamos a nuestros allegados; pero si nos cuestionamos o preguntan sobre qué es el amor y queremos hablar sobre él las cosas se tornan un poco más complejas.
Por eso me gustaría que analizáramos hoy, lo que comúnmente se conoce como amor y lo que es verdaderamente el Amor, sin llegar a caer en la pretensión de pensar que podemos abordar en estos pocos renglones todo sobre este tema.

Lo primer que tenemos que hacer para estudiarlo es comenzar a percatarnos que cuando utilizamos la palabra amor, ésta tiene una significación completamente diferente para cada persona que la emplea, no significa lo mismo para quien la dice como para quien la escucha, algo que parece tan elemental no lo es tanto.

Dependiendo de la crianza recibida, las características de personalidad, las experiencias tanto favorables como negativas la persona va formando una manera muy particular de concebir el amor, o sea que a pesar que muchas personas utilicen el mismo significante (amor)  tendrá para cada una de ellas un significado completamente distinto. Veamos, Daniela le pregunta a Rafa – tú me amas tanto como te amo yo, él le responde – claro mi amor yo te amo mucho.

Ambos supuestamente están hablando de un mismo amor pero para Rafa el amor al que hace referencia es un amor sexual, erótico, lujurioso, mientras que Daniela es más la búsqueda de sentirse protegida, no sentirse sola, suplir sus inseguridades, así pues podríamos encontrar una infinitud de supuestas formas de amor, amor de amigos. Amor fraternal, de padres a hijos y viceversa, amor sexual, amor dependiente, amor enfermizo, amor masoquista, etc. Podemos ver entonces que por este camino sería muy difícil llegar a clarificar lo que es el verdadero Amor, porque todo aquel que experimente una sensación más o menos de agrado por otra persona podría decir que es un ser que siente un inmenso amor y no habría manera de discutírselo.

¡Conozco a padres que no suplen las necesidades básicas de sus hijos, que los maltratan física y psicológicamente, que pudiendo colaborar en el desarrollo emocional e intelectual de ellos, hacen todo lo contrario, viven oponiéndose al desarrollo de estos, y si aun así les preguntas si ellos aman a sus hijos te contestan sí, Claro que los amamos!  Y hasta se enojan y te dicen - ¡qué es semejante a la pregunta!

Lo que se conoce la mayor parte de las veces como amor no son más que formas inmaduras de relacionarse que el hombre en su ignorancia equivocadamente denomina Amor puro.

¿Qué es entonces el amor? El amor es todo lo opuesto al odio, si el odio el anhelo intenso de hacer daño a alguien, se deduce por lo tanto que el amor es el anhelo de hacer el bien al otro.

El amor es entonces un constante dar sin esperar recibir;  es un dar que no se agota al brindar objetos materiales sino que trasciende al dominio de lo humano, de lo sublime. Ahora para lograr darnos cuenta si el Amor está presente en nosotros o en nuestros familiares, amigos, o parejas tenemos que tener presente que deben existir ciertos elementos básicos que son comunes a todas las formas de amor sin los cuales no podemos decir que amamos o que nos aman, según Erich From estudioso de este tema algunos de estos elementos son:


1.- El cuidado y la preocupación. Es especialmente evidente en el amor de una madre por su hijo. Ninguna declaración de amor por su parte nos parecería sincera si viéramos que descuida al niño, si deja de alimentarlo, de bañarlo, de proporcionarle bienestar físico y emocional. Ocurre lo mismo en otros tipos de amor, si alguien nos dice que ama las flores y se olvida de regarlas, sería muy difícil creerle.

2.- Responsabilidad. La responsabilidad no es algo impuesto desde el exterior, es en realidad un acto enteramente voluntario constituye mi respuesta a las necesidades, expresadas o no por otro ser humano. Ser responsable significa estar listo y dispuesto a responder. La vida de mi hijo no es sólo asunto de él, sino mío propio.

3.- Respeto. La responsabilidad podría degenerar fácilmente en dominación y posesividad si no existe el respeto, el respeto no significa temor y sumisa reverencia que es lo que muchos equivocadamente creen; denota, la capacidad de ver a una persona tal cual es, significa preocuparse porque la otra persona crezca y se desarrolle a partir de su potencial. Es querer que la persona amada se desarrolle en la forma que le es propia y no para servirme. El respeto sólo es posible si yo he alcanzado la independencia y puedo caminar sin muletas.

4.- Conocimiento. No podríamos amar o respetar a una persona sin conocerla. Conocer profundamente a alguien solo es posible cuando he podido trascender la preocupación por mí  mismo para así lograr ver a la otra persona en sus propios términos, o sea debo haber trascendido mi ego – centrismo para poder centrarme en el otro, solo así podré saber que siente una persona, aunque no lo demuestre abiertamente.

Amar es dar de lo más precioso que tenemos en nuestra propia vida es dar de uno mismo, lo que no significa necesariamente sacrificar su vida por otro, sino dar lo que está vivo en nosotros- dar de nuestra alegría, de nuestra comprensión  de nuestro conocimiento, de nuestro humor pero también de nuestra tristeza-, el Amor es una fragancia perenne, es una combinación de gratitud, amistad y compasión incondicional.

¡El amor es el néctar sagrado¡



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